¿Qué es una Vía ferrata?

Una vía ferrata es un itinerario deportivo que transcurre por paredes o macizos rocosos y que está equipado para facilitar la progresión mediante peldaños, clavijas, rampas, pasamanos, grapas, cable y en general todo tipo de elementos que garantizan la seguridad de los aventureros a lo largo de la vertiginosa ruta.
Se trata de una actividad que está a medio camino entre el senderismo de montaña y la escalada. Está hecha para aquellos a los que un simple paseo por la montaña les sabe a poco, pero les da demasiado respeto la escalada o consideran que no están suficientemente preparados. Eso sí, se recomienda que aquellos que vayan a realizar una vía ferrata sean excursionistas un tanto rodados o experimentados en la montaña. Las rutas marcadas con clavijas, cadenas, grapas, etc. suelen llevarte por lugares de gran altura, así que si eres una persona que sufre de vértigo, será mejor que te busques otra actividad más cercana al suelo.
¿Te animás?

jueves, 2 de noviembre de 2017

Por la Serranía de Ronda (1ª Parte.)

22-24 de septiembre de 2017.


En memoria de Luís Arribas.

Conocimos a nuestra amiga Ana en la Primera Concentración de Vías Ferratas de Ramales de la Victoria. Forma parte de un club de montañismo de Madrid y quedamos en realizar alguna actividad conjunta. Ésta se concretó en la excursión del  fin de semana del 22 de septiembre a Ronda, que se realizó con escaso éxito de público. Ana vino por los madrileños y Alfonso por los sorianos. Seguramente influyó la lejanía del destino. 

Salimos el viernes 22 por la tarde con destino a Ronda, donde despedimos un intenso verano y recibimos al prometedor recién llegado otoño. El sábado por la mañana nos desplazamos a Gaudín donde hay dos bonitas ferratas, calificadas como muy difíciles.

Por parecernos más compleja en cuanto a acceso y dificultad técnica, decidimos afrontar primero la V. F. Sierra del Hacho.
Dejamos el coche lo más cerca posible del inicio de la vía, junto a un gran alcornoque rodeado por una piara de cerdos ibéricos que dormitaba a su sombra.




(Os podemos asegurar que hicieron honor a su nombre, los marranos… ja,ja,ja.)




La ferrata empieza subiendo un primer macizo bastante accesible, pese a lo que pueda parecer por la expresión de Ana.




En éste primer tramo destaca un pequeño desplome.





Las vistas desde aquí de la serranía de Ronda son espectaculares.




Una vez subido el primer macizo hay que atacar la segunda pared que se ve al fondo.






Tras un descenso, un pasamanos y una trepada llegaremos a la mayor dificultad de esta vía.




Para subir esta pared se ha instalado una escala cuya dificultad está calificada como k4.




La primera parte de la subida por la escala se realiza en volado




El tránsito a las grapas presenta un ligero desplome.




Una vez finalizada la vía ferrata, tras este viejo alcornoque y señalizado con azulejos e hitos se encuentra el sendero de vuelta.

De regreso al pueblo de Gaudín paramos a comer y seguidamente nos dirigimos a su castillo desde donde empieza la ferrata del Castillo del Águila, calificada como K3 aunque la gente la vota mayoritariamente como K4 en la página “de andar”. Allí nos encontramos con una simpática pareja de la comarca con la que rápidamente hicimos grupo. El recorrido es corto pero no tiene desperdicio. Se empieza descendiendo, lo que le da más sensación de altura.



Luego hay una travesía  muy aérea que aprovecha muy bien el relieve de la pared de forma que en muchos puntos se avanza sin grapas para los pies.

Hay que atravesar un pequeño puente nepalí para seguir bajando.


Un nuevo puente nepalí con un gran volado nos separa de la pared principal y nos deja en el bloque del fondo. Con viento se pone divertido.


De esta aguja saltamos a la siguiente mediante una tirolina.


Antonio, el más intrépido, fue el primero en saltar y no tardó en ponerse cómodo para disfrutar de las vistas y del espectáculo.


Ana en pleno descenso. Tanto le gustó  la experiencia que una vez abajo remontó  a pulso para repetirla.  (Bueno, igual influyó algún otro detallito sin importancia…je, je, je.)


Eloísa, expresando a los cuatro vientos su emoción.


La cara de Ana lo dice todo tras la divertida bajada de Eloísa.


Eloísa, Ana y Antonio en la cumbre jaleando a Alfonso .


Gracias, Pedro, por dejarnos la polea que tan intensos momentos nos deparó.


Un largo puente tibetano nos devuelve a la pared principal. Tras una pequeña subida llegamos al final de la ferrata.
Nos despedimos de nuestros nuevos amigos no sin que antes nos  indicasen como acometer dos nuevas vías ferratas en tiempo récord. Resulta que de vuelta a Ronda pasamos por dos pueblos limítrofes, Benadalid y Benaluría, separados por  siete kilómetros. En la sierra que comparten, cada población tiene una ferrata,  y éstas se encuentran a escasos cincuenta metros una de otra. Decidimos subir por la de Benadalid (k3),  crestear hasta encontrar la salida de la de Benaluría (k2), y descender por ella.

Continua......












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