III Concentración de Ferratas de Cantabria.
18-20 Junio de 2021.
VIERNES 18 DE JUNIO DE 2021
Y llegó el viernes con una previsión de tiempo nada favorable, daban lluvias, aunque se veían algunas ventanas que nos hacían pensar que íbamos a poder hacer alguna ferrata. Pero bueno, como dicen los del norte, hay que salir incluso si hace sol.
Teníamos un plan alternativo desarrollado, encerrado en un sobre lacrado y en el que en su exterior ponía la palabra "IMPROVISACIÓN", en caso de lluvia e imposibilidad de hacer ferratas, lo abriríamos y veríamos su contenido.
Salimos de Soria, Alfon, Almu y Josean, puntuales a las 16:00 en dirección Burgos, el primer objetivo de la tarde, no lo podría impedir, ni la tormenta más fuerte del temporal, era llegar a Sotopalacios (Burgos) y tomar un cafecito. y así lo hicimos, y de momento no llovía, aunque el cielo se veía cada vez más oscuro.
Re-emprendimos el viaje a Ramales de la Victoria, Cantabria, y según nos íbamos acercando, el cielo parecía que se estaba cayendo, una lluvia fuerte, una espesa bruma y el puerto de Los Tornos que nos daba la bienvenida a las oscuras tierras de Mordor.
¿Tendríamos que abrir el sobre de planes alternativos? ¿Tendríamos suficiente ropa de cambio para la chupa de agua que íbamos a coger?, ¿Tendríamos que habernos quedado en casa?, esas preguntas pronto quedarían resueltas, pero de momento habíamos llegado a Ramales y el magnífico entorno casero del Albergue regentado por Rocio y su pareja, nos hicieron olvidar el agua que se estaba precipitando en el exterior e hicieron que ya nos sintiéramos como en nuestra propia casa.
Allí pudimos cenar en muy buen ambiente montañero con los pocos valientes que desafiando las previsiones del tiempo se habían acercado hasta el punto de quedada. Entre ellos tuvimos la fortuna de coincidir con Ana y su hijo Jorge, que también asistían a la concentración, venidos desde Madrid, y con los que mas tarde compartiríamos una aventura.
En un momento que bajó la intensidad de la lluvia salimos al punto de recepción de la concentración y recogimos también el pack de bienvenida que nos tenía preparada la organización para el evento, una bolsa del evento, con una camiseta y algo de información turística.
SÁBADO 19 DE JUNIO DE 2021
Había estado lloviendo toda la noche, o al menos eso fue lo que pensamos, ya que mientras dormíamos, salvo nuestros sueños, no nos enteramos de nada. Pero cuando amaneció y abrimos los oscurecedores de las ventanas y vimos un paisaje de montaña de ensueño, soleado, sin nubes, con una ligera bruma de la humedad de la noche anterior, no pudimos por menos que pensar que de tanta lluvia que había caído, el cielo se había quedado ya sin agua.
Guardaríamos de momento los planes de emergencia para otro momento, la previsión del tiempo nos daba una ventana hasta las 6 de la tarde, por lo que más contentos que Jaimito, fuimos a desayunar, y rumbo a la ferrata de La Hermida, nuestro primer objetivo para la jornada.
Llegamos después de una hora y pico, y se nos caía la baba al ver el conjunto de montañas encañonadas y el verde húmedo, combinando con el azul y blanco del cielo. Nos habíamos transportado a otro mundo. La fortuna ferratera nos había dado el premio gordo.
Aparcamos el coche, nos pusimos los equipos y comenzamos la ascensión hacia la ferrata de La Hermida. Al empezar está la caseta de información y alquiler de equipos, que nos indicó que era probable que llegaran las lluvias antes de lo previsto, sobre las 14:00, y que no nos demoráramos.
Pero bueno, estábamos allí y dispuestos a lo que fuera, así que para arriba.
Pero como eran las dos de la tarde y seguía sin pintas de llover, decidimos hacer la ferrata del Milar, que es cortita y estaba allí mismo junto al coche.
El Milar es una vía ferrata pequeña en su recorrido pero exigente y divertida. Se trata de una subida en diagonal para pasar a una travesía por encima del río Deva. Culminaremos con unos sencillos pasos de escalada para acceder en la cara norte, por donde descenderemos hasta llegar a la tirolina que nos cruzará sobre el río Deva y nos devuelve a la carretera, cerca de donde hemos empezado.
Y como seguía haciendo buen día, nada mejor que comer en la orilla del rio. Sacamos los refrescos, las viandas, y comimos con el agradable ruido del fluir del rio.
Las nubes ya se habían echado y parece ser que igual se cumplían las previsiones mas optimistas de lluvia, por lo que decidimos retomar el camino hacia el albergue pasando por la ferrata de El Torreón de Lierganes o Pico Levante.
Estaba a una hora de camino entre la Hermida y el albergue, por lo que cuando llegáramos allí, según la climatologia, la haríamos o no.
Al llegar el cielo estaba cubierto, pero no llovía y la temperatura no era mala. Echamos el chubasquero a la mochila por si acaso y para arriba, era corta y malo sería que lloviese.
El primer tramo de subida hasta la ferrata se nos hizo corto, parecía que iba a estar más lejos de lo que estaba. Enseguida llegamos a las grapas del K2. Eran tramos verticales, pero con las grapas muy juntas y fraccionamientos muy seguidos, igual por eso se nos hizo poco interesante. Había un cruce para desviarte a la izquierda a la parte del K4 pero sin señalización, e hicimos el tramo del K4. Un desplomado ligero y luego la tirolina sin mucha velocidad y poco más. La verdad es que nos defraudó un poco, por lo que no la recomendaríamos para ir expresamente a hacerla, pero si vas de paso, porqué no.
Pero bueno, no nos llovió y aun tuvimos que subir otra vez hasta arriba porque Josean había perdido el telefono en un resbalón en la senda de bajada, por suerte lo encontramos y volvimos al albergue.
Había sido una jornada muy dura y muy bonita y habíamos podido hacer tres ferratas. Llegamos al albergue, una buena ducha y como ya no llegábamos a la conferencia sobre un viaje al Himalaya, que estaba programada fuimos al siguiente punto de la programación, la BARBACOA.
Allí nuestra sorpresa fue encontrarnos con nuestros amigos Juanse y Esther, con los que habíamos coincidido en concentraciones anteriores y tenido buena amistad. Ellos habían dedicado la jornada a participar en algunos de los talleres sobre ferratas que se habían desarrollado ese día.
Así acababa la jornada del sábado, cansados, pero con buen sabor de boca y habíendo quedado con Juanse, Esther, Ana y Jorge, para el día siguiente hacer la ferrata del Calera. Una ferrata nueva que no conocíamos ninguno y que pintaba muy bien para poner punto final a este fin de semana ferratero.
¿Nos dejaría el tiempo, poder disfrutar del domingo?
DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021
Y llegó el domingo, amaneció cubierto y con mala cara el cielo. Desayunamos y fuimos al punto de encuentro con nuestros amigos.
Desde allí nos dirigimos al aparcamiento de la ferrata, que ya estaba lleno de coches, pues a parte de estar tambien la ferrata del Caliz, había bastantes vías de escalada por la zona y varias cuevas.
A pesar de estar cubierto el cielo, la temperatura era buena y enseguida nos pusimos en marcha. Esta vez descendiendo, no recuerdo haber hecho ferratas en descenso para comenzar, pero esta, nos metía en un cañón tallado por el rio Calera que descendía por el valle entre magníficas paredes de piedra caliza y enormes pozas secas a sus pies.
Fuimos a media altura del cañón rocoso, cubierto por vegetación, trasladando nuestras mentes a un bonito cuento de ensueño, pareciera que estuviésemos en mitad de una selva, destrepando por un barranco.
Una tirolina al poco de empezar, algún desplomado lateral, puentes mono y a a pesar del entorno tan mágico y lo bien integrada que estaba la ferrata, lo mejor, podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos, fue la gente, las caras de felicidad y el buen rollo dominante durante toda la actividad.
Y con esta ferrata cerramos otro magnífico fin de semana ferratero, rodeados de buen ambiente, con buen tiempo al final y a pesar del cansancio, con ganas de que llegue la siguiente actividad.
Y ya de vuelta a casa, unos a Madrid, otros a la playa a seguir de vacaciones, y otros para Soria ...